Viajar con un objetivo por Julieta Bilik

Al principio, la fotografía fue un método que le permitió tener un registro de las especies que investigaba como ecologista y naturalista. Pero ahora es su pasión. Cynthia Bandurek tiene 41 años y lleva más de diez fotografiando la naturaleza. “Comenzó como una herramienta, pero me enamoré de la disciplina y comencé a formarme como un autodidacta a la hora de practicar”.

Hoy, además de aprovechar las reservas más cercanas a su casa en la zona Norte -como la de Vicente López; la de Rivera Norte y Costanera Sur- dedican sus vacaciones exclusivamente a la fotografía. Siempre en Argentina y este verano, por primera vez, en Costa Rica, Cynthia viaja con su equipo de fotografía a la espalda -a veces lleva 10 kilos en la mochila- y se adapta a dormir en carpas, albergues, refugios o lo que sea necesario. .

El esfuerzo vale la pena. Es por eso que este año en Ecoturístico La Tarde, una finca privada en las afueras del Parque Nacional Corcovado, en la Península de Osa (Costa Rica, considerada una de las regiones con mayor biodiversidad del planeta) obtuvo una de las imágenes que había estado buscando. para. : el de la rana de ojos rojos. “Aunque fui en época seca, lo encontré después de una tormenta, hay que tener mucha paciencia”, admite. Y nada mejor que su libro El mundo de los pequeños para demostrarlo. El resultado de diez años de trabajo como fotógrafo y tres años de selección, edición, diseño editorial y redacción, se publicó el año pasado gracias a una campaña de financiación colectiva.

Dedicado al universo de los insectos, presente en el planeta desde hace 350 millones de años, el libro tiene un punto de vista evolutivo y, más allá de la diversidad de especies que presenta, se centra en las adaptaciones y las características más llamativas de cada una. La mayoría de las tomas, realizadas con lentes o lentes de macrofotografía (que permiten enfocar a pocos centímetros de la cámara) requieren, según Cynthia, precisión y actitud estoica. “En cuanto respiras o el viento mueve la hoja, la imagen se desenfoca, además, los insectos suelen volar muy rápido -más que el obturador- y las fotos salen vacías, además de lo difícil que es encontrarlas porque suelen ser milimétricas”.

 

Mucho más que una técnica que nos permite ver detalles que de otro modo no veríamos, para Cynthia la fotografía es una construcción artística. “Las emociones y la sensibilidad del fotógrafo forman parte de la imagen, por lo que es una excelente herramienta para transmitir valores y conocimientos, en mi caso sobre la importancia de nuestro entorno natural”.

Cynthia confiesa que entre sus aretes viaja a África para fotografiar a los grandes mamíferos ya Ecuador para conocer la selva chocoana. Además, quiere sumar a su colección la difícil figurilla local: el yaguareté que, cuenta, pronto estará buscando con su equipo y. como de costumbre, su paciencia a sus espaldas.

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